Compartimos para todo público este texto sobre las Disciplinas, como vías de acceso a Lo Profundo. El material especializado está disponible para los Maestros una vez que han ingresado al portal con su usuario y contraseña.

ANTECEDENTES

Desde antiguo existieron procedimientos capaces de llevar a las personas hacia estados de conciencia excepcionales en los que se yuxtaponía la mayor amplitud e inspiración mental con el entorpecimiento de las facultades habituales. Aquellos estados alterados presentaron similitudes con el sueño, la embriaguez, algunas intoxicaciones y la demencia. Frecuentemente, la producción de tales anomalías fue asociada con “entidades” personales o animales, o bien con “fuerzas” naturales que se manifestaban, precisamente, en esos paisajes mentales especiales.

A medida que se comenzó a comprender la importancia de aquellos fenómenos se fueron depurando explicaciones y técnicas con la intención de dar dirección a procesos que, en principio, estaban fuera de control. Ya en épocas históricas, en las distintas culturas (y con frecuencia a la sombra de las religiones), se desarrollaron escuelas místicas que fueron ensayando sus vías de acceso hacia lo Profundo. Todavía hoy en la cultura material, en los mitos, leyendas y producciones literarias, se pueden apreciar fragmentos de concepciones y prácticas grupales e individuales muy avanzadas para las épocas en que esas gentes vivieron.

A lo Profundo se llegó por el lado de las anomalías y también intencionando otros estados como pasó con algunas religiones que tuvieron raptos de inspiración. Se las arreglaron para tomar contacto con lo Profundo y a veces sin la acción de agentes externos que no podían controlar, como la acción de las drogas.

Restos de las búsquedas hacia lo Profundo tenemos en la Alquimia, y en algunas prácticas sostenidas del budismo, que, por lo que nosotros sabemos, muestran un proceso intenso. Se busca la transformación personal a través de una vía mental.

Encontramos también restos de prácticas profundas de tipo energético en los cultos dionisíacos, que fueron abolidos por el Cristianismo triunfante (aunque esto no sea del todo cierto, porque el dionisismo dio mucha pelea a lo establecido y, por tanto, fue también perseguido ya en la antigua Grecia).

Si damos un salto, nos encontramos en India con los sivaitas, que no tienen que ver con el dionisismo y, sin embargo, tienen líneas de experiencia similares. Cuando surgen las mismas cosas en distintos lugares, algunos antropólogos creen que se han trasladado esos descubrimientos y pautas culturales de un lugar a otro. La realidad es que en distintas culturas se pudo haber llegado a registros similares. Esa simultaneidad de registros, sin influencia directa de unos en otros, se explica por el contacto directo con ciertas franjas comunes de «Lo Profundo», registros que se traduce en imágenes similares.

PREPARACIÓN

Los oficios preparan para entrar en el trabajo de las Disciplinas. Un oficio enseña a proporcionar internamente, a hacer equilibradamente. Se va adquiriendo proporción interna gracias a ese trabajo externo mientras aparecen problemas de exactitud y de detalle. Hay un tono que asocia estados internos con operaciones externas. Una Disciplina, en cambio, muestra un camino de transformación interna. En los oficios se trabaja tratando de lograr pulcritud, proporción y orden al mismo tiempo que se va logrando permanencia.

Se aprende a trabajar equilibradamente y estos oficios pueden tener distintas temáticas, pueden ser materiales, plásticos, o perfumería, etc. Tienen sus reglas de trabajo, sus trucos y secretos de Oficio. Lo único que hemos trabajado es alfarería, metales y, por último, los vidrios. Es una franja de trabajo que tiene que ver con los hornos, referida a sustancias que se transforman. Es distinto a la perfumería donde los fuegos son escasos. Sólo se usa fuego cuando se preparan esencias y perfumes por medio de la destilación. Pero en toda la perfumería, excepto la sintética, el fuego no participa. En los Oficios que conocemos más de cerca hay fuegos. En las cerámicas el fuego es esencial. De todas maneras, es un interesante trabajo este oficio material y también el prolegómeno sobre esto, el trabajo sobre el fuego, que nos permite reproducir cómo se originó y cómo se produjo. Se lo inventó mucho después de haber aprendido a conservarlo. No se trataba de robar y conservar el fuego, sino de producirlo. Trabajamos las distintas formas de conservación, pero es la producción la que requiere más pulcritud. Si un ciudadano intenta producir fuego ahora no le resulta fácil. El trabajo con el fuego y con los hornos es importante. El tema de los oficios es muy amplio y nosotros andamos en los comienzos de esto. Se va adquiriendo proporción interna gracias a este trabajo externo, mientras se aprende.

En general decimos que la gente que se acerca a una Disciplina, debe tener manejo mínimo de algún oficio. Será bueno disponer de talleres en los Parques, Centros de Estudio y Trabajo. Que la gente pueda trabajar en ellos. De ese modo podrá relacionar lo que pasa en la cabeza con este tipo de trabajos. Esos mismos talleres, con pequeñas modificaciones, servirán también a la Disciplina Material.

En las Disciplinas se realiza un proceso interno de transformación, no de pulcritud, proporción u orden interno. El trabajo Disciplinario es calmo y se plantea sin plazo fijo, tratándose más bien de un camino que se recorre durante toda la vida.

Para entrar en las Disciplinas se debe llegar a penetrar el lenguaje de las mismas. Este es un punto importante. No se puede entrar en tema sin una ubicación mental próxima a la que dio lugar al desarrollo de esas actividades. No se puede penetrar en los mundos de la poesía o de la mística trasladando lenguajes o dando explicaciones que no se corresponden con las experiencias propias de aquéllos.

Cuando hablamos de la Disciplina Material trabajamos los objetos externos y la materia del propio cuerpo, tratando de desestabilizarlos. Cuando hablamos de la Disciplina Energética nos referimos a la energía psicofísica: su generación, desplazamiento y transformación. Cuando hablamos de la Disciplina Mental nos referimos al trabajo con los distintos actos mentales que se refieren a objetos mentales. Cuando hablamos de la Disciplina Formal nos referimos al proceso de las formas, trabajando en su formación y transformación en el interior del operador.

Sostenemos que para que haya cambios tiene que haber inestabilidad. De eso se trata, para bien o para mal, no hay cambios en las situaciones estáticas; en las sociedades permanentes no hay cambios. Las instituciones están armadas para evitar la inestabilidad. Hablamos de desestabilización en el propio cuerpo vinculada a cambios en los objetos materiales con los que trabajamos.

LAS DISCIPLINAS

Las vías que hoy conocemos se apoyan en los descubrimientos que realizaron diferentes pueblos en un lapso no mayor a los siete mil años. Es tal la diversidad de fuentes fragmentarias que no se puede pretender abarcar todo el conocimiento y la práctica de acceso a lo Profundo. Nuestras Cuatro Disciplinas trabajan con la manipulación de objetos materiales externos (D. Material), con la energía psicofísica (D. Energética)*, con los objetos mentales (D. Mental) y con las formas mentales (D. Morfológica). Queda claro que esas Disciplinas no agotan otras posibles vías.

Consideramos las cuatro vías que conocemos y hemos podido desarrollar, aunque pueda haber otras que no conocemos. Los sistemas de yoga en sus distintos modos, las prácticas del Monte Athos y ciertas prácticas sufíes, nos dan una idea de esta posibilidad, aunque tendrían que tener una sistemática y profundidad adecuada para considerarlas como disciplinas. Así que el nuestro no es un modelo cerrado y sacrosanto sino que admite otras variantes. Nos hemos inspirado en las cuatro causas aristotélicas: Causa Formal, Causa Material, Causa Inicial (eficiente) y Causa Final, esto ya se explicaba en el 300 antes de esta era.

La Disciplina Material se basa en los trabajos de taoístas y budistas chinos, así como de babilonios, alejandrinos, bizantinos, árabes y occidentales. A ese conjunto de trabajos en su continua transformación y deformación se lo conoció con el nombre de “Alquimia”. Hacia fines del S. XVIII, la Alquimia había declinado irremediablemente, pasando muchos de sus descubrimientos, procedimientos e instrumental, a manos de la Química naciente.

La Disciplina Energética busca sus raíces en el Asia Menor desde donde el orfismo y el dionisismo se propagaron hacia Creta y Grecia sufriendo importantes modificaciones hasta que fueron abolidos por el Cristianismo triunfante. También en algunas líneas sivaítas y del tantrismo, se pueden rescatar fragmentos de una experiencia extraordinariamente rica.

La Disciplina Mental encuentra en el budismo su mayor fuente de conocimiento. Para favorecer las distinciones entre actos y objetos mentales apela al lenguaje riguroso de alguna corriente filosófica contemporánea.

La Disciplina Morfológica reconoce antecedentes significativos en algunas corrientes de pensamiento pre-ático que florecieron bajo las influencia “orientales” de Egipto, Asia Menor y
Mesopotamia, tal el caso de la escuela pitagórica.

Las Disciplinas trabajan con rutinas que se repiten en cada momento de proceso (paso), hasta que el operador obtiene el registro indicado. Todo el proceso está convencionalmente organizado en doce pasos separados en tres cuaternas. Así como cada paso tiene una designación que aproxima a la idea del registro buscado, cada cuaterna señala un significativo cambio de etapa.

Las Disciplinas llevan al operador en la dirección de los espacios profundos. Son distintos cortes que hacemos con cada Disciplina. Se trabaja de modo intencional, siempre con un propósito y por distintas vías. Entrar por los objetos materiales es muy distinto a entrar por los actos y objetos pero se trabaja con la misma energía psicofísica, aunque sean diferentes las entradas.

Concluido el proceso Disciplinario se está en condiciones de organizar una Ascesis despegada de pasos, cuaternas y rutinas.

Si alguien se educa en un tipo de cultura hay cosas que se escapan y en las que no se puede penetrar. Esto proviene de la valoración social y de los códigos que uno trae consigo. Tiene que ver con una memoria actuante, con lo que se recuerda. Hay una memoria profunda que determina la forma de ver el mundo, es el “paisaje de formación”.

El individuo no podrá acercarse a estos temas por mero voluntarismo. Dependerá del momento histórico en que se esté emplazado. Antiguamente, en la plaza pública se hablaba de cuántos ángeles cabían en la cabeza de un alfiler, hoy se habla de las empresas. En 1970 se sabía para dónde íbamos (como tono histórico), hoy no se sabe hacia dónde se va. Es la memoria actuante, que se mete en todo, que tiene que ver con las valoraciones y las búsquedas y que no es “plana”.

Cuando hablamos de transformaciones profundas hacemos una suerte de sustitución del paisaje de formación, que empuja y “viene desde atrás”, lo sustituimos por algo más consciente. Uno no es consciente del mundo en que se formó y, sin embargo, este paisaje actúa sobre uno mismo. Pero cuando lo sustituimos, reemplazamos ese mundo para movernos por los propósitos que nosotros formamos.

Es un largo trabajo de formación de los propósitos, que tienen que ver con valoraciones, tonos afectivos y búsquedas. Es cosa seria, es salir del paisaje de formación dado y entrar en un paisaje armado por uno mismo. Armar un “propósito” es armar un paisaje de formación diferente.

También hay grandes modificaciones de paisaje de formación por accidentes sociales. A veces cambia y se viene abajo toda una posición frente al mundo, es que de pronto aparece un paisaje diferente que choca con lo establecido. Por ejemplo, y hay que ver las transformaciones que se producen en la irrupción de las grandes religiones, ahí hay un gran cambio en el tema de los paisajes.

O se cambia por acción intencionada o se cambia por accidente. Hay un conflicto entre lo que se recuerda y lo que se vive hoy. Hay una gran diferencia y son las cargas afectivas las que deciden. Sin la carga afectiva nada cambia ya que ésta es profundamente cenestésica y trabajan los sentidos profundos y sus representaciones son profundas


 

* Denominamos a esta energía “psicofísica” porque los fenómenos psíquicos tienen un anclaje físico, no metafísico. Ya en la psicología experimental en la época de Wundt se estudiaba seriamente la relación entre los fenómenos psíquicos y el cuerpo. Medían, por ejemplo, cambios de temperatura corporal vinculados a ciertas imágenes, la resistencia al dolor, etc. La psicología posterior, en cambio, es de muy poca experimentación.


 

Acceso a Maestros Aquí

Deja una respuesta